Estimado Don Mario:
Me siento muy
emocionada al imaginarme que pueda tener usted entre sus manos esta carta,
darse unos segundos de ese tiempo que pasa y que no sabemos dónde va,
salvo las huellas que marcan nuestro ser por lo que nos atrevimos a hacer y
también por lo que no.
Las
huellas que usted seguirá dejando con su obra literaria, su calidad humana y
defensa de la democracia han calado, en varios seres como yo, muy especialmente
en mi desconcertada adolescencia que al leer Ojos bonitos, cuadros feos, me llevó a tomar una decisión que no me
atrevía a tomar, lo mismo que con el
primer capítulo de Cartas a un novelista,
un texto que me acompaña donde voy, porque el tema de la vocación en general me
sigue persiguiendo. Ahora ya, adulta y con una mirada más calmada y con la
tarea de acompañar a los adolescentes con quienes trabajo en su formación
lectora, me atrevo a escribirle esta misiva con la confianza de contar con su
respuesta.
Soy maestra y
estoy a cargo de un Núcleo de lectura para
jóvenes, que promueve el Ministerio de Educación y que se desarrolla después de
su horario escolar dos veces por semana.
Este es el segundo año de lecturas en la biblioteca del colegio
Francisco Javier de Luna Pizarro. El año pasado visitamos las Biblioteca
Regional Mario Vargas Llosa y quedaron impresionados con los libros que usted
le ha regalado a Arequipa. Este año, visitaremos la Casa Museo Mario Vargas
Llosa, sé que quedarán maravillados. Ellos pertenecen a dos colegios nacionales
y miraflorinos de Arequipa, el Luna Pizarro y José Gálvez, que no son como el Champagnat, ni como el Miraflores limeño que aparecen en Los cachorros, sino desde un lugar más sencillo casi a los pies de nuestro volcán Misti.
En esta oportunidad, les he propuesto la lectura de su novela Los cachorros, a partir de la cual
desarrollamos una tertulia literaria, donde a pesar de no ser muchos
participantes, por ahora, logramos acercarnos
con entusiasmo a la vida de unos personajes tan humanos, tan imperfectos como nosotros;
asimismo, disfrutamos de su estilo narrativo desafiante que nos exige mucha
atención y motivación para seguir leyendo. Como producto de esos diálogos y
lectura les he planteado escribirle una carta al autor. Los jóvenes están muy motivados, quizá un poco nerviosos. Ahora, pongo en sus
manos, sin ánimo de incomodarlo, que
pueda recibir las cartas de estos
jóvenes y se anime a contestarlas.
Quizá tengamos oportunidad de
conocerlo personalmente en el Hay
festival 2018 que se realiza en Arequipa y donde se ha dicho que contaremos
con su amable presencia, pero si no fuera así quedaremos más que satisfechos al
saber que leyó nuestras cartas y que pudo darnos una respuesta propia y a su
estilo.
Su lectora y compatriota que lo
admira:
Rosario Núñez Pacheco
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